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Cruz Roja Colombiana

Cruz Roja Colombiana

La Cruz Roja, el vigilante imparcial

 

José Rivera ha estado al servicio de la comunidad durante los últimos cuarenta y cinco años de su vida, este ingeniero de alimentos, es el jefe del departamento de protección de la cruz roja colombiana, presenció la tragedia de Armero en 1985, la toma del palacio de Justicia en aquel mismo año, el terremoto en Haití en el 2010, además de otros escenarios igualmente dramáticos, en cada uno de estos, Rivera ha portado con orgullo el signo de la Cruz Roja, difundiendo la restauración de los Derechos Humanos en cada una de sus misiones.

 

La Sociedad Nacional de la Cruz Roja Colombiana fue fundada en 1915 y pertenece a las 189 sociedades en el mundo cuyo objetivo es trabajar en favor de las víctimas, es una entidad privada que se rige por sus propias reglas y que se encuentra protegida por cuatro protocolos de Ginebra, una serie de convenios internacionales y el Derecho Internacional Humanitario. Rivera es un hombre prudente, una de esas personas que aún creen en el honor y en los valores en una época en la que estos son tan menospreciados, el jefe del departamento de protección disfruta rememorando un poco la historia de la Cruz Roja, y repasando los valores que identifican a la antigua organización, como un William Wallace a punto de librar una batalla, repite aquel canon inamovible, neutralidad, imparcialidad, unidad, carácter voluntario, universalidad e independencia, los principios de la Cruz Roja.

 

Entidad que se ha tenido que acostumbrar al conflicto armado colombiano, y dentro del cual se han violado en numerosas, por no decir incontables veces el Derecho Internacional Humanitario en contra de la población civil, la Cruz Roja Colombiana ha desempeñado una labor de apoyo a grandes escalas, todo basándose en el artículo tercero de la Convención de Ginebra, el cual afirma que Un organismo humanitario imparcial, tal como el Comité Internacional de la Cruz Roja, podrá ofrecer sus servicios a las Partes en conflicto. Además, las Partes en conflicto harán lo posible por poner en vigor, mediante acuerdos especiales, la totalidad o parte de las otras disposiciones del presente Convenio.

 

Ser una organización independiente conlleva sus ventajas, “ La independencia no nos hace esclavos del Estado ni de la institución”, sin embargo, esta postura imparcial ha valido para que en muchas ocasiones, de forma injusta, la Cruz Roja sea tachada de no actuar como lo esperan otras entidades, sin embargo, Rivera es enfático en ese punto “ Nosotros estamos obligados a atenderlos a todos, no importa si son de las FARC, si son autodefensas, paramilitares o soldados, en esencia nosotros vemos la humanidad, y buscamos preservar la vida y la salud”. Rivera, que ha visto de cerca y durante tanto tiempo esta situación, parece conocer el secreto que aguarda tras la llega del pos conflicto “La inestabilidad en el campo, la supra población y las fronteras invisibles parecen ser los problemas a enfrentar en un futuro no muy distante”.

 

“Uno siente, uno ve, uno huele, a esto se expone un miembro de la institución” admite el jefe, cuando se le pregunta acerca de su preparación ante esta clase de emergencias.

 

¿Qué significar ser testigo de todas aquellas tragedias? ¿Cómo se puede convivir con tales imágenes en su cabeza? Habla desde la voz de la experiencia, y cuando lo hace, lo hace con la seriedad que lo caracteriza, “En la Cruz Roja hay algo que conocemos como Activación y Desactivación Psicológica, donde se es preparado para escuchar gente clamado su ayuda, gritando de dolor, yo nunca estuve preparado al bajarme de un helicóptero en el techo del Hospital Psiquiatrico de Armero para escuchar ¡Ayúdeme, socorro, auxilio!, es duro ver cuerpos flotando sobre el lodo, ver una res atrapada con vida contra una pared, ver cuerpos en descomposición, ver a un doctor atrapado contra una puerta, comía analgésicos como si comiera chicle para mitigar su dolor”, dice mientras una mueca su forma en su rostro, de solo recordar las visiones del pasado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ahora, la Cruz Roja Colombiana se encuentra trabajando en pro de las víctimas de contaminación por armas MAP, MUSE y AEI, es decir personas que como consecuencia de hechos cometidos en el desarrollo del conflicto armado, resultada afectada por minas antipersonas (MAP), Municion sin estallar (MUSE) y Artefactos Explosivos Improvisados (AEI), Rivera y su equipo, buscan brindar asistencia, atención y reparación a todos aquellos que se han visto atrapados en medio del conflicto.

 

Para que la Cruz Roja pueda interceder en zonas de combate, hay un procedimiento previo que debe ser cumplido, tiene que haber una petición de la Cruz Roja a la Fiscalía, dejando en claro que son procesos de carácter humanitario, cuando la petición es aprobada, la Cruz Roja envía voluntarios a la zona a hacer difusión operacional, de ese modo le dan a entender a las facciones, ejército, guerrilla, paramilitares, que no tomarán partido en el enfrentamiento y que únicamente buscan abrirse las puertas y llevar a cabo su labor humanitaria “ En medio de sesenta años de conflicto, la Cruz Roja ha podido socorrer a la comunidad colombiana” exclama orgulloso Rivera mientras bebe su café tranquilamente, como si su conciencia estuviera tranquila, porque sabe que ha cumplido con su deber.

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